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SERVICIOS COMO VIDEÓGRAFO
Me gusta implicarme en cada proyecto de manera única y diferente del resto, pues cada uno tiene unas necesidades intrínsecas y diferenciales y supone un reto distinto. Puesto que cada persona es diferente, cada marca o cada empresa, también lo debe ser entonces cada vídeo y cada proyecto. Para empezar, hacemos una reunión, necesito que me expliques y me transmitas tu idea con el mayor detalle posible, me gusta empaparme de cada historia, de cada persona y de cada filosofía. Conocer las referencias, las inquietudes y el porqué. De esta manera sacaré el mayor rendimiento a las ideas y será más fácil realizar el vídeo que tienes en mente.
Me caracterizo por tener flexibilidad, capacidad de respuesta y empatía. Sé lo importante que puede ser para ti el vídeo y las esperanzas que depositas en él, pues al final será la imagen que los demás tendrán de ti, de tu empresa o de tu marca.
¿Tienes una idea? Te ayudo a darle forma.
¿No tienes una idea definida? No te preocupes, yo me encargo de crearla.
Dispongo de un amplio equipo propio de material de grabación que me permite llevar a cabo de forma autónoma cualquier proyecto.
Si la grabación requiere de más cámaras, sonidista, dron, o cualquier extra, tengo una amplia red de contactos profesionales del sector para cubrir cualquier demanda.
Es en la edición o montaje donde se da forma al material grabado y es aquí donde se va a estructurar la narración que se convertirá en el producto final. Tan solo el hecho de elegir unos planos u otros, del ritmo o de las transiciones hará que el vídeo provoque unas sensaciones u otras, llegue a un tipo de público o a otro. Si queremos transmitir modernidad y dinamismo, lo haremos a través de un montaje rápido, con muchos cortes, planos que duran poco tiempo, transiciones y efectos nos harán llegar más fácil a un target joven y acostumbrado al consumo en redes. Si por lo contrario queremos transmitir elegancia y sofisticación, un vídeo con tomas más largas, con un montaje “invisible” y sin abusar de transiciones ni efectos será el adecuado.
La elección de la música es una parte fundamental a la hora de editar un vídeo. Primero porque va a marcar el ritmo del vídeo (no es lo mismo el ritmo que tendrá un vídeo con música clásica que un vídeo con música electrónica) así como la emoción que provocará en el público. La música tiene la capacidad de emocionar y de llevarnos a sensaciones y estados de ánimo muy diferentes.
Además, la edición de sonido implica la masterización, efectos y/o transiciones para hacer que se ajuste perfectamente al vídeo.
Si se trata de un vídeo de ficción, documental, o en general un vídeo donde hay diálogos, la edición de sonido es clave para obtener un sonido profesional que no haga que nuestro vídeo parezca amateur.
Las posibilidades que ofrece hoy en día el etalonaje de las imágenes es casi tan infinito como colores o ideas hay. Le podemos dar a nuestro vídeo un aspecto neutro y limpio, un aspecto western, un aspecto azulado de ciencia-ficción o verdoso estilo Matrix. Podemos tirar más hacia tonos cálidos para dar una sensación de cercanía y confort o tonos azules para darle un aspecto más frío y distante. Personalmente me gusta aprovechar al máximo el potencial que ofrece la cámara y grabar las imágenes en RAW (perfiles logarítmicos) para poder tener el mayor rango dinámico posible en cada toma que me permite tocar el color en profundidad.
Es muy importante en el contenido que se genera hoy en día la inserción de títulos y/o motion graphics para dar respaldo al contenido, enfatizarlo, darle dinamismo y modernidad al vídeo, o simplemente porque hay muchos usuarios que ven los vídeos sin activar el sonido y los títulos les ayudan a comprender el mensaje que se proyecta.
Con la llegada de las redes sociales los formatos de vídeo han evolucionado y ya no solo existe el vídeo panorámico horizontal tal como habíamos conocido en cine y televisión, sino que han aparecido nuevas dimensiones que se adaptan a las redes sociales y al teléfono móvil.
Un híbrido entre el horizontal y el vertical, el cuadrado recorta parte del vídeo tanto en alto como en ancho y consigue una armonía visual que se ajusta perfectamente a las dimensiones de un móvil o una tablet. Genera mayor interés entre quienes utilizan móviles para reproducir vídeos, incrementando significativamente las visualizaciones, reproducciones e interacciones por su efectiva adaptabilidad.